Marcelo Quesada(es el verdadero nombre de Euromar), sus padres fueron brutalmente asesinados y él, un estudiante brillante de catorce años, juró antes dios, que consagraría toda su vida a luchar contra la injusticia, el crimen organizado y todo cáncer que exprimiese a la sociedad. Sabedor de los riesgos que eso supondría, utilizó los medios económicos que sus padres le habían dejado, para aprender todo lo que debería aprender, para tan arriesgada tarea.
A sus veinte y cinco años de edad, tenía varias carreras terminadas, sabía ocho idiomas y además era un gran experto en artes marciales. También conocía a la perfección todas las armas de fuego.
Moreno de uno ochenta y cinco de alzada, cuerpo fibroso y sus marcados músculos, hacían de él un chico muy atractivo y fuerte.
En su vida privada, se había hecho cargo de la empresa de sus padres, por lo que ejercía de empresario.
Era gran aficionado al deporte en general, practicando varios de ellos y siempre que tenía tiempo, hacía deporte de riesgo, como paracaidismo, barroquismo...
Vivía en la parte alta de Barcelona, en una mansión heredada de sus padres.
Entre su amigo Sebastián y él, habían hecho un búnker a cuarenta kilómetros de su casa, al cual se desplaza por un túnel subterráneo. Era su cuartel general, donde su amigo Sebastián, con los últimos adelantos informáticos, ayuda a Euromar en su lucha contra la injusticia.
Sebastián padecía de nacimiento una pronunciada joroba, no era muy alto, de aproximadamente uno setenta de alzada y pelo negro. También como Marcelo, era un gran conocedor de las artes marciales y muy aficionado al fútbol.
En su vida privada, además de lo del jardín, trabaja en la fábrica de Euromar de gerente.
Entre los dos habían conseguido hacer una pareja invencible.
Euromar, para no ser reconocido, vestía de cintura hacia arriba color oro y de cintura para abajo, con un ceñido pantalón azul. También llevaba una capa azul, con el reverso color oro y un antifaz negro. Del pecho le sobresalía un círculo azul hecho con estrellas, con una E dentro.