Parecian dos figuras extranas en el rompiente de la madrugada, quietas, obscuras, sus capas verdes, y un afan de parecer temerosas a la justicia de los hombres. Una hilera de humo blanco brotaba de la chimenea de la pequena chabola, se podia apreciar que los gitanos, habian marchado no hacia demasiado tiempo. Errantes, lentos continuarian con sus vidas, como siempre, su justicia, la de estos hombres, deberian ser respetadas por todos, eran sus leyes, y eran sagradas. La noche de Diciembre, resultaba tan fria como quejido ladino que se asolapaba para ser mas penetrable, haciendo crujir los huesos. El llanto de un nino, escapaba a la sombra de aquel amanecer, con la mirada de sus hermano, que parecia haberse rasgado sus ojos, intentando comprender que sucedia Por que padre no se movia ? madre inclinada sobre el lloraba mientras acariciando sus rostro que quedaba frio, como aquella manana de Diciembre ."