Los discursos sobre el amor, el servicio, la misericordia y el resto del fruto del Esp ritu de Dios tienen siempre el peligro de quedarse en vaguedades. No cuesta nada decir, probar, despuntar, aconsejar que tenemos que amarnos, ofrecer buen fruto. Pero c mo? Cu les son los campos concretos en que la pauta "fruto del Esp ritu" (o "buenas obras") armoniza con la realidad? En este peque o libro el lector encontrar una respuesta.