En Poemas de escombros y cenizas, Consuelo Hernández, su autora, nos provee de una palabra urgida y urgente, incontenible. Se abalanza esta voz por el espacio injusto que descubre en todo lugar, y hecha grito recorre en busca de hacerse oír, en donde ya sabemos nadie oye. No le parece tarea perdida sino necesaria. Y va pues, a atravesarse en los carriles de lo que vislumbra es nuestra historia - un sartal de catástrofes que no nos deja en pie- a parar estos versos en alto, a hacer visible la alerta, con la ilusión de que alguien se detendrá. Sin duda, un libro con estas características es un libro necesario y urgente.