De la presentaci n Revisando, no s por qu , viejos -o no tanto- carpetas y archivos, me reencuentro con textos que nunca he publicado. Y hoy domingo, diecinueve de noviembre de dos mil diecisiete; d a soleado y brillante y tranquilo, he decidido dedicarme a revisarlos, buscar otros (algunos s publicados; pero en otros medios; no en formato libro), modificar alguna que otra cosa, pocas, y eso, publicarlos bajo mi responsabilidad. Sin revisores acad micos, t cnicos o similares. Y es que los textos me gustan. Y algunos me deprimen un poco al mismo tiempo. Han pasado casi quince a os en muchos casos y en aqu llos entonces a n pod a atisbarse alguna esperanza de cambio social. Hoy no lo veo por ning n lado. Bueno, un poquito s . Desde el dos mil tres, por ejemplo y entre otras cosas, aqu en el Estado espa ol se ha aprobado -ya hace unos diez a os- la ley de matrimonio igualitario. Y lo que en el dos mil once empez como un potente movimiento social, el 15-M, se ha convertido seguramente en un peque o avance hacia una sociedad m s justa; aunque a n queda mucho por hacer. Hay mucho franquista y fascista suelto por estas tierras. Tengo que reconocer pidiendo perd n que las l neas que siguen tienen un sesgo eurocentrista -en las teor as, en los ejemplos-. Hoy, seguramente y tras haber conocido algunas realidades latinoamericanas, escapar a de eso. Pero trato de ser honesto con la persona escribiente de todos estos a os. Por eso he cambiado muy pocas cosas. En cuanto a lo de "ensayos insolentes", preferir a que la segunda palabra no se tomara en su acepci n m s extrema; no pretendo faltar el respeto a nadie. Es, simplemente, que seguramente en m s de una ocasi n creo que me salgo de lo trillado y habitual en el campo de la Psicolog a o de las ciencias humanas en general. Solo eso. Como tambi n enuncio en el subt tulo, todos estos escritos est n inspirados por el Construccionismo Social, el de la vida cotidiana. Aunque hay algo de teor a, en general hay m s de pr ctica.